Mirar fijamente a la nada imaginando que puedo tocar todo lo que siempre he soñado. Hay escenas, paisajes, momentos tan cargados de imaginación que me devuelven el placer de apreciar los más ridículos detalles. Y presintiéndolo otra vez caigo enamorada de la sensación de estar ausente...
Durmiendo entre sábadas de algodon enredadas que me engullen...
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